ISBN  9788492222476
Autor  José Antonio Sarmiento
Condicion  Nuevo
A mi alrededor se apilaban los discos donde ese inscribían los fragmentos de esta materia prima descompuesta encogida y agrandada destripada invertida estallada y pulverizada. Me sentía como un niño que ha abierto su oso de peluche y le ha vaciado el serrin que le ha arrancado los ojos a la muñeca y roto en mil pedazos el tren de cuerda. Tenía que confesarme a mi mismo que acababa de inventar unas técnicas de destrucción extraordinarias pero que todos los intentos de sintesis habían sido un rotundo fracaso. Por otro lado a cada nuevo paso que daba surgían unas contradicciones feroces. Los objetos sonoros proliferaban pero su insensata mulitiplicación no aportaba enriquecimiento alguno al menos en el sentido en que lo entienden los músicos: la idea musical o la sombra de la idea que permanecía la fondo de estas contorsiones no cambiaba en absoluto !y para eso tantas formas retorcidas tanta variaciones concretas! Las mismas variaciones eran contradictorias demasiado musicales al tiempo que insuficientemente musicales. Demasiado porque persistía la banalidad de la escritura inicial; e insuficientemente porque la mayoría de aquellos objetos sonoros eran crueles ofensivos para el oído.¿Tendría que renunciar . Aunque dos años más tarde se hiciera evidente que el origen de una parte de aquellas contradicciones era perfectamente inteligible ¿cómo verlo entonces cuando se está pasando por la experiencia La paradoja era que ya hacía dos años que practicaba la música concreta sin haberla descubierto todavía. Había encontrado modos de operar era capaz de manipular y sin embargo en el plano teórico estaba muy lejos de alcanzar ese punto. Era prisionero de mis surcos cerrados. Hay una famosa canción de Édith Piaf que ilustra el surco cerrado. Antes de ser un método apareció como un truco un efecto sonoro. Pero de efecto puede pasar a causa y a medio de descubrimiento. Éste último se resume en una diferencia simbólica: la diferencia entre la espiral y el